Hace 23 años nació mi hermana, mi complemento taurino que llegó al universo a llevarnos a la lentitud de los sentidos. Hace un año la acompañé a hacer un viaje con sus amigas al Desierto de la Tatacoa en el Huila a dónde había ya en un viaje iniciático y místico con mis mejores amigos de la universidad años atrás cuando este bosque seco tenía menos luces, menos turismo y en dónde aún se podía acampar en medio de la nada y ser despertado por caballos que cabalgan en libertad en las madrugadas.
Mi maestra de fotobordado, Marina Cerruti nos dio una instrucción que me pareció poderosa.... pensar en la emoción que nos genera la foto y el momento en que la tomamos. Por esto que quise envolverla con puntadas tejidas que imitan el crochet sobre la imagen. Luego llegaron las tramas aprendidas con Ana Paradiso.... redes, tafetán, filigrana, zurcido, arpillera.... nuevas palabras de mi vocabulario para ponerle textura a los sentimientos.
Quisiera darle refugio para que camine en libertad por la vida y que la trama que hemos tejido la sostenga en la distancia. Admiro su ritmo parsimonioso, constante y conectado con los sentidos. Su energía taurina que disfruta del presente, que planea levantarse al amanecer para caminar en el desierto con poca luz para incorporar la magia del momento.
Esa es la magia que trae mi hermana de sol Tauro a mi vida.
¡Gracias por existir Alice!
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